Cerramos otra temporada más de alquiler, y de nuevo hemos observado la enorme afluencia de personas de todas las partes del país, y del extranjero, que acuden a Granada para pasar el año con nosotros, bien sea estudiando o trabajando. En nuestro caso, los clientes nos demandan alquiler residencial, pero vamos a tratar aquí la eclosión del otro arrendamiento: el turístico.
Este año ha sido quizás más intenso que el anterior y, como preveíamos, hemos agotado en fechas muy tempranas los inmuebles disponibles. Granada sigue cambiando a pasos de gigante en lo que al tipo de arrendamientos se refiere.
Hace meses advertíamos del cambio que se está obrando en materia de alquiler, sobre todo en el centro de la capital. Y este cambio no hace sino acentuarse a cada mes que pasa. Los edificios destinados al alquiler turístico continúan creciendo, al tiempo que disminuyen los de alquiler residencial. Todo ello, como era de esperar, ha traído consigo un nuevo alza en el precio del alquiler. Muchos clientes nos cuentan que han visitado apartamentos con precios totalmente desorbitados, y otros quizás con un precio algo más caro, pero dentro de lo razonable. Sea como fuere, la cada vez mayor escasez de producto en alquiler residencial ha conllevado esta inevitable subida, que quizás haya tocado ya su techo, por cuanto Granada no puede ser tampoco un Madrid, o una Sevilla, donde parecen no tener fin los precios de pisos en renta.
Un rápido vistazo a los edificios que se están rehabilitando en el centro de la ciudad nos da información detallada de por dónde van los tiros en materia de alquiler. Sólo en la zona de la Gran Vía de Granada se está acometiendo la restauración de 3 edificios completos, de tamaño considerable, y todos, sin excepción, serán inmuebles de alquiler turístico. Es sólo una muestra del imparable torrente del sector turístico de pisos en alquiler, que no para de crecer y ocupar un nicho de mercado que algunos tildan de sobredimensionado. Quizás lo sea, o quizás no. Lo ignoramos. Sí que constatamos que la tendencia no es en absoluto a la generación de oferta de alquiler residencial. Y esto es algo que, efectivamente, siempre tira de los precios hacia arriba. De seguir esta constante mucho nos tememos que los alquileres seguirán subiendo, no mucho más, ciertamente; al mismo tiempo que el parque de inmuebles en alquiler residencial envejecerá a mayor ritmo, toda vez que los propietarios no verán la necesidad de renovar los apartamentos mientras la oferta siga a la baja y el tiempo medio que un piso permanece en el mercado hasta que se alquila siga bajando. Si el precio sube y, a pesar de eso, los pisos se alquilan en días, cuando no en horas, nadie acometerá mejoras en su propiedad difíciles de rentabilizar.
Ocurre que las políticas públicas de fomento del alquiler siempre discurren por el mismo sendero: subvenciones que jamás llegan, https://www.defensordelpuebloandaluz.es/preguntamos-por-las-ayudas-al-alquiler-de-2018 viviendas protegidas con un altísimo grado de requisitos difíciles de cumplir por casi cualquiera, promociones en lugares alejados de las zonas de interés de las ciudades… finalmente siempre encontramos los mismos obstáculos para el acceso a la vivienda, y es que, cuando se trata de comprar, la concesión de las hipotecas se ha vuelto prohibitiva, y el alquiler ha subido.
