FINAL DE LOS CONTRATOS DE 5 AÑOS DE ALQUILER.
La Ley 4/2013 acortó la duración máxima de los contratos de alquiler de vivienda.
En 2.013, la Ley de Arrendamientos Urbanos vio cómo se modificaba, a la baja, la duración máxima de los contratos de arrendamiento de vivienda habitual, pasando de 5 años a 3 el período de mayor vigencia de un alquiler de vivienda.
Se trataba, argüían desde la Administración, de una medida encaminada a “dinamizar” y “flexibilizar” el mercado del alquiler en España. Francamente, es cierto que el alquiler de vivienda no gozaba de una excesiva buena salud en España hace no muchos años. Como todos saben, este es un país de acentuada tradición compradora y, quien más, quien menos, siempre había procurado hacerse con una vivienda en propiedad a poco que pudiera, o incluso sin poder. Así las cosas, el segmento de mercado de alquiler de vivienda siempre fue minoritario. La crisis, primero, con el cierre de crédito por parte de los bancos para operaciones de compra-venta y, por qué no, el efecto de esta Ley 4/2013, propiciaron un cambio paulatino en la costumbre mayoritaria española de comprar vivienda en lugar de alquilar. Poco a poco, quienes vivían en régimen de alquiler fueron aumentando su número frente a los propietarios de su vivienda.
https://www.idealista.com/news/inmobiliario/vivienda/2017/08/02/747488-mapa-del-porcentaje-de-viviendas-en-propiedad-que-hay-en-las-ccaa
Hoy, el porcentaje de los españoles que vive de alquiler está en torno al 25 por ciento, cifra muy considerable si se compara con el apenas 15 ó 16 por ciento que lo hacía hace apenas 5 años.
Además del hecho positivo, que tantas veces hemos defendido aquí, que supone el poder acceder a una vivienda en régimen de alquiler a alguien que, de otra manera -en régimen de compra- tendría imposible ese acceso, no se puede dejar de lado el aspecto negativo, para el bolsillo, que ha supuesto el boom del alquiler en nuestro país. No hace muchas fechas lo decíamos también en nuestro blog, y es que algunas ciudades, principalmente las grandes urbes españolas, han visto crecer desmesuradamente el precio medio de las rentas de sus inmuebles en alquiler. Lugares como Madrid, Barcelona, Valencia… están sufriendo incrementos en el precio medio por metro cuadrado del orden del 50% con respecto a los últimos 5 ó 6 años. Esta verdadera burbuja, que tiene todos los rasgos distintivos que venimos apuntando: escasez de suelo en el centro de las ciudades, explosión del alquiler turístico, recuperación de la economía… ya está causando verdaderos problemas a la hora de encontrar vivienda en esas ciudades. No cabe duda de que el atractivo económico de las grandes poblaciones y su capacidad para atraer inversiones que necesitarán nuevos empleados, redunda en la subida del precio de los servicios, y la vivienda en alquiler en uno de esos servicios, digamos esenciales.
https://www.libremercado.com/2017-05-23/espana-es-un-pais-de-propietarios-el-84-posee-una-vivienda-y-el-16-dos-o-mas-1276599523/
Quizás convendría recordar aquí las graves consecuencias de una especulación desmesurada por parte del mercado. A nuestro entender, es perfectamente legítimo pretender recuperar el valor de las rentas perdido durante la crisis, no en vano, muchos alquileres bajaron su precio medio hasta el 50% con respecto a valores previos a la crisis, algunos, los más, cayeron en torno al 30%. Por supuesto, el propietario de la vivienda en alquiler tiene perfecto derecho a intentar revalorizar de nuevo el precio de su renta, faltaría más, -hasta que se normativice en contrario, que todo llegará, para nuestra desgracia- porque uno es dueño de sus bienes para negociarlos como mejor entienda. Pero ello no obsta para no incurrir en nuevas locuras hiper inflacionistas del precio del alquiler, como ya está ocurriendo en las ciudades antes apuntadas, y en otras no tan populosas pero igualmente atractivas. Es decir, el fin de los alquileres a cinco años, y la consiguiente renovación que traerá consigo de los contratos todavía adscritos a esa modalidad, repercutirá, con toda seguridad, en una subida del precio de esa vivienda que durante los cinco años anteriores se mantuvo en unos precios bajos, en consonancia con la tónica general. El mercado dictaba precios contenidos, y los propietarios los contuvieron en razón a la realidad del momento. La realidad hoy es otra, y no está de más actualizar rentas, pero ojo, actualizar no es desbordar el mercado y reventar los precios, eso es otra cosa, y ya sabemos a dónde lleva.
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